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miércoles, 12 de diciembre de 2007

Experiencias otaku con la familia

Estado: Flojeando
Escuchando: The Last Unicorn (Loreena Mackenit)- Opening de la película homónima
Viendo: D.N. Angel... Otra vez
Leyendo: El Psicoanalista
Clima: Nublado -___-



Otra vez, aquí, tratando de hacer algo más productivo que ver videos tontos en youtube y pelearme con los monitos que dicen ser mis hermanos, sin embargo, como tengo mucha flojera, lo mejor que se me ocurre es llenar de divagaciones este pobre blog pa' no abandonarlo... Otra vez.
Como se me acabaron los títulos en inglés y la flojera es mucha, pues le pondré títulos normales; menos poéticos, pero más fáciles de comprender y, sobre todo, de encontrar en google.

Pues bueno, ya estamos en invierno (¡Yupi!) y como de costumbre, acá por su casa, vamos a poner un árbolito, si es que se nos quita la flojera de escombrar un poco la casa. Seguramente, pasaremos la Noche Buena en casa de mi abuelita, con parientes de mi papá y en Navidad, iremos con mis tíos-abuelos, con la familia de mi mamá o viceversa, depende quién nos invite primero. En año nuevo, será lo mismo, así que omito los detalles.
No sé ustedes, pero, aunque me emocionan estas fechas, en mi caso se ha vuelto rutinario y, la verdad, a mi edad ya no es tan divertido ir a pasar la noche con mis primitos de secundaria, primaria y preescolar... Sobre todo, a sabiendas de que mi prima de 4 años va a estar ahí persiguiéndome y dándo guerra.
No es que no me guste estar con mi familia, pero... Cuando una es otaku, medio friki y, peor tantito, tímida, pues con unos tíos de lo más animados y primos con los que me llevo, no sólo un abismo generacional, sino cultural, pues la cosa se pone difícil. No sólo no comparto los gustos de mis primos, quienes prefieren ver por televisión Bailando por un sueño a compartir una agradable conversación filosófica conmigo (poeta tenía que ser yo...), sino que están estancados en la horrenda, por no decir asquerosa, cultura estereotípica yanqui-burguesa que he despreciado desde que tengo memoria. En pocas palabras: soy el bicho raro de la familia.
Es más fácil escribirlo que acostumbrarse a serlo. Todavía en la escuela, tengo las posibilidades de encontrarme con cualquier tipo que, por lo menos, diga que le gusta Saint Seiya y pueda conversar con él sobre la Saga de Hades o sostener una conversación, un tanto mundana, con alguna otra chica otaku para decidir si Inu-Yasha es más lindo que su hermano mayor, Sesshomaru. Pero no es así con mis primos y primas. ¿Cómo voy a hacer comparaciones así con mi prima de 13 años que a duras penas sabe que no comparto sus gustos?
Recuerdo que hace unos años, cuando comenzaba a entender algunas palabras en japonés como Ohayou, Konnichiwa o Sayonara y comenzaba también a bajarme música en este idioma, cuando mi mamá le comentó a mi abuelita de ésto, lo primero que ella me preguntó es si ya sabía decir groserías (etto...) No sé qué cara puse, pero para entonces y hasta la fecha, la única palabra ofensiva que conozco en ese idioma y que es prácticamente básica para cualquier friki es baka (tonto/idiota).
No sé quién ha metido esa idea tan generalizada de que en todos los idiomas lo primero que se aprende son las palabrotas. Hasta la fecha, no he aprendido ninguna en japonés y, aunque las sé en inglés, nunca en mi vida las he usado, dado que la persona que me educó (mi otra abuelita) me enseñó a no hacerlo.
Quisiera que alguien me corrigiera en caso de que estuviera equivocada, pero, tenía entendido que, en japonés no hay palabras ofensivas, precisamente; sino que el trato con las demás personas era lo que las ofendía, como tratar de "tú" a tu jefe o algo así. Tal vez cuando estudie japo lo averigüe.
Volviendo al tema, no sé si ustedes se sientan así con respecto a sus familiares, ni cómo sean sus experiencias cuando tratan de expresarles su gusto por el animé y ésas cosas, pero, como podrán darse cuenta en mi caso, es un poco desalentador. Tal vez, pasando más tiempo con mi prima de 4 años pueda traerla al lado oscuro (ñaca, ñaca...), pero es poco probable y, por lo que veo, va a ser una joven bastante fresa y pachanguera cuando llegue a mi edad (¡gulp!)
El lado positivo, es que le llevo 3 lustros de diferencia (15 años para los que no sepan), así que, cuando ella me alcance, yo ya estaré lejos, muy lejos, en la vida laboral. Quizá muy lejos para cerciorarme de que mis predicciones sean correctas.

Otro recuerdo que me lleva a la mente, es un día, en el coche de mi papá, que lo acompañé al trabajo y se me ocurrió poner un disco mp3 de j-music en el coche. Recuerdo haber puesto canciones de La'cryma Christi, Nightmare y Naruto. En eso, se subieron al coche los empleados de mi papá (un tío mío y otro señor) y aparentemente escucharon lo que puse, pues cuando de pronto se puso Moonlight Densetsu (el opening de Sailor Moon), les extrañó y comenzaron a cuestionarme cosas como: "¿Y sabes lo que dicen?" (es clásica), ¿"Cómo se dice tal cosa?" ó ¿Qué significa tal otra?", ya saben, las preguntas típicas. Algo que me vino a la mente en ese momento es que, cierto, no hablo japonés (aún), pero cuando una canción me gusta busco la letra y, si es posible su traducción. Y luego, medité un poco sobre los muchos mexicanos que hay a los que les gustan las canciones en inglés, pero que no entienden ni pizca del idioma y terminan "washawasheando" toda la canción, sin saber lo que dice, ni nada, pero igual les gusta. Para expresar mi opinión de éso, se me vienen un montón de adjetivos a la mente, sobre todo considerando que mi tío es de ésos, pero, me trago las palabras, para dar paso a mi siguiente observación, un tanto más filosófica; la música es un arte y el arte se ha hecho para apreciarse, no para entenderse. Je, je, debería ponerme atrás un letrero que diga "Precaución. Friki con tendencias hippies." Así que no importa si no sé que demonios dice Moonligh Densetsu, sino lo que realmente importa es que me gusta su ritmo, la voz de la vocalista (escuchaba la versión de Nana Kitade) y otras cosas que, tal vez, para alguien que no es artista, filósofo u otaku podría captar.
No sé qué habrá pasado por la cabeza de mi tío y el otro señor en ese momento, sobre todo porque la explicación que he dado arriba no se la di a ellos, pero estoy segura de que de "rara" no me van a bajar en un buen rato.
Es lo difícil de ser una otaku, en una familia de lo más común en la CD. de México *suspiro*
Lo más curioso de todo es que fue por culpa de mis tías a las que, curiosamente, les gusta Candy Candy que soy quien soy. Vayan a saber si es el destino, simple coincidencia o una mala pasada de la vida, pero así fue. Ya hablaré de éso en otro momento. Por ahora, cerraré este post.
Saluditos.

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